En ESPIASA contamos con el equipo necesario habilitado y altamente calificado para realizar trabajos en campo, aún cuando éstas sean en condiciones geográficas y climatoógicas muy exigentes, así como revestimientos en planta.
La primera etapa implica la preparación de la superficie del equipo que se va a revestir. Esto puede incluir la limpieza, desengrase y, en algunos casos, la rugosidad de la superficie para mejorar la adhesión del caucho.
Se elige el tipo de caucho que se utilizará para el revestimiento en función de las propiedades deseadas, como la resistencia química, la resistencia al desgaste, la flexibilidad, la dureza, etc.
El caucho se prepara en una forma adecuada, generalmente en forma líquida o de compuesto de caucho, y se mezcla con aditivos si es necesario para mejorar sus propiedades.
El caucho se aplica a la superficie del equipo. Esto puede hacerse mediante varios métodos, como pulverización, rodillo, cepillo o inmersión, según el tamaño y la forma de la superficie a revestir.
Se ajusta y alinea el revestimiento de caucho para asegurarse de que se adhiera de manera uniforme y sin defectos a la superficie del equipo.
El revestimiento de caucho se somete a un proceso de vulcanización o curado, que implica la aplicación de calor y presión. Este proceso endurece el caucho y mejora sus propiedades mecánicas.
El revestimiento se inspecciona para garantizar la calidad y la integridad del trabajo. Se verifica que no haya burbujas, grietas ni defectos en el revestimiento.
En algunos casos, se puede realizar un acabado adicional, como pulido o rectificado, para lograr una superficie lisa y uniforme.
Se pueden llevar a cabo pruebas adicionales para asegurarse de que el revestimiento cumpla con las especificaciones y los estándares de calidad, como pruebas de resistencia al desgaste, pruebas de resistencia química, etc.
Una vez que el revestimiento ha pasado todas las pruebas de calidad y ha sido aprobado, el equipo revestido se entrega al cliente y se pone en servicio.